Por Guillermo Dietrich.
Ministro de Transporte de la Nación.
Una nueva conexión aérea significa el re-encuentro de dos familiares, la posibilidad de que un joven que se mudó para estudiar visite un fin de semana a su familia en un viaje que, por una cuestión de tiempo, sin ruta aérea quizá no haría. Es la posibilidad de que turistas extranjeros visiten provincias que se perderían de conocer sin una conexión directa y contribuyan así con las economías provinciales y quienes viven del turismo: los gastronómicos, los hoteleros, los guías turísticos, los artesanos y muchos más. Nuevas empresas volando significa también que pilotos argentinos que en el pasado debieron irse a trabajar a lugares lejanos porque no tenían posibilidades en su país, hoy puedan volver y desarrollarse acá, cerca de su gente.
La Revolución de los Aviones que está teniendo lugar en la Argentina está dando resultados que hace 4 años parecían inimaginables. En el pasado, una línea low cost argentina era impensada, los mismos funcionarios aseguraban que nunca habría una en el país. Un aeropuerto preparado para las operaciones low cost, como es El Palomar, era inimaginable. Que empezaran a volar 4 líneas aéreas nuevas luego de que durante 12 años no surgiera ni una sola, estaba fuera del margen de posibilidad de esa época que dejamos atrás. Hoy todo eso es una realidad.
Durante los 15 años previos a nuestra gestión, mientras países vecinos como Brasil, Colombia, Chile, México, multiplicaban sus pasajeros aéreos por dos o por tres, Argentina tenía el sector aéreo paralizado. En ese momento no se permitía que empezasen a operar nuevas empresas argentinas y se le ponía palos en las ruedas a las que ya existían. Pero esta política cambió definitivamente, porque queremos que más personas vuelen, que volar no sea para pocos.
El 2018 fue un año muy positivo para la aviación argentina. Tuvimos un nuevo récord de pasajeros: entre cabotaje e internacional volaron en Argentina 29,1 millón de personas, lo que significa 7,2 millones de pasajeros adicionales con respecto al 2015, un crecimiento del 33%. En cabotaje, hay casi 40% más de pasajeros que en 2015, pero el crecimiento es de más del doble si pensamos en pasajeros que viajan entre las provincias sin pasar por Buenos Aires, lo que muestra como afirmamos una planificación federal que antes estaba ausente. Gracias a este desarrollo se generaron en el país 2.000 empleos directos más en el sector aéreo que los que existían en el 2015. Las cuatro líneas aéreas nuevas que tiene el país emplean a pilotos, tripulantes de cabina y técnicos todos ellos argentinos.
Algo para destacar: cuando crece el sector, crece también Aerolíneas Argentinas. Hoy la empresa del Estado transporta 28% más de pasajeros que en el 2015, tiene 20 conexiones más, 8 aviones adicionales (pasó de 74 a 82), registra récords de puntualidad y en agosto del año pasado llegó a su máximo histórico de 91%. Pero además, por medidas que se tomaron, hoy Aerolíneas Argentinas es económicamente más autosustentable y requiere de menos subsidios por parte del Estado, es decir, dinero de todos los argentinos.
Todo esto fue posible, no sólo porque hubo un enorme impulso a la creación de nuevas conexiones, al ingreso de nuevos aviones y nuevas líneas aéreas. Sino también porque se llevó adelante un plan de modernización de aeropuertos para generar mayor capacidad y tecnología para recibir más vuelos y pasajeros. Este plan de modernización no tiene precedentes en la historia. Sólo un par de números muestran la dimensión de esta transformación: entre 1997 y 2015 se hicieron en todo el país 7 obras completas de pista; sólo en el 2018 se terminaron 5 y para fin del 2019 habrá 15 finalizadas. Entre 1997 y 2015 se construyeron 7 terminales; sólo en el 2018 hay finalizadas 9 terminales y habrá 23 terminadas para cuando termine el año. La lista puede seguir.
Nuestra acción apunta a conectar el país y acercar el avión a personas que ni se imaginaban arriba de uno. Por eso, permitimos que haya promociones de pasajes sin piso, porque el transporte aéreo, tal como es en Chile, en Brasil o en Colombia, puede ser algo mucho más masivo y no una alternativa exclusiva para pocos. Eso es la Revolución de los Aviones y es lo que está pasando hoy en el país.
Fuente: http://www.guillodietrich.com/
Fotos solo para ilustración