

La diversidad de sus paisajes, sus aguas cristalinas, y sus montañas transforman a Bariloche en un lugar majestuoso, único, mágico. En los últimos tiempos, abrieron sus puertas muchos establecimientos gastronómicos con una excelente calidad en los platos y la atención que brindan, manejados por jóvenes chefs con amplios conocimientos de los ingredientes presentes en la región.
La gente sale a comer y a disfrutar. Experimenta nuevos sabores y se sorprende con nuevos platos.
Para muchos especialistas, hay una cocina basada en productos de la zona, así como una cocina europea moderna. Basta con recorrer algunos platos para adivinar el concepto: Carpaccio de Trucha, Strudel de Cordero, Trucha en su piel con paltas y dill, y frutas rojas del bosque con vinos malbec.
El visitante no debe dejar de recorrer los tradicionales lugares de curanto en Colonia Suiza, que todas las semanas transforman el almuerzo en una verdadera fiesta donde se come, se aprende y se disfruta del preparado de la espectacular comida regional.
Los chocolates y ahumados ya son una marca registrada en Bariloche. Una recorrida por el centro nos da la posibilidad de disfrutar de estos productos que ya son tradición en la ciudad.

El ahumado de truchas, ciervo y jabalí es una industria que lleva el sabor y el nombre Bariloche por el mundo. Es un producto de invalorable sabor, exquisito en su presentación y distinguido en el mundo gourmet. Gracias a los modernos procesos de producción y de su gran variedad de presentación, los productos ahumados son fáciles de transportar y pueden adquirirse en sus diferentes variaciones. Así un aperitivo o un plato principal pueden incluir carnes y quesos ahumados, patés de ciervos, jabalí y salmón ahumado, escabeches, embutidos acompañados de salsas y especias regionales.
Los licores y las conservas se suman a estos productos regionales, ganando un gran espacio de un mercado en permanente crecimiento.

Los especialistas descubren en Bariloche el sabor de la nueva cerveza, la cerveza artesanal. No se equivocan al decir que la cerveza local usa la mejor materia prima: combina las mejores semillas, con agua increíble y un proceso de fermentación tan pausado como plácido. En Bariloche hay muchas posibilidades incluso se puede armar un tour exclusivo. En el centro y en los kilómetros los nuevos locales muestran los procesos de fabricación.

Los artículos regionales de San Carlos de Bariloche son una atracción indiscutible para el turismo en general. La cultura y la tradición de los pueblos originarios siguen vivas en tapices y tejidos trabajados a mano con lanas de oveja y de cabra. Los adornos y aros de plata también figuran entre los preferidos de la gente. La orfebrería se ha desarrollado en la ciudad y ha alcanzado estándares internacionales de producción. También son característicos de estas regiones los adornos en cerámica, vidrio, hierro forjado, cobre y otros metales. Muchos de los talleres y distintas fábricas permiten la visita de turistas.
Las cremas y los aceites de rosa mosqueta y esencias de lavanda también merecen la atención del turista, como agregado a la oferta de productos regionales. Estos productos son requeridos en su mayoría por el turismo extranjero que reconoce la inmejorable relación precio calidad de la insipiente industria.

Es básico en la experiencia del turista incorporar sensaciones a sus tiempos de descanso. Así los olores y sabores asociados al mar o lo ecléctico y maravilloso de los olores de una ciudad bañados por aromas de café o cocina, o el humo del asado, nos llevan invariablemente a un viaje, a un lugar y a los rostros de las personas que nos acompañan. Las sensaciones se disfrutan inicialmente y se asocian definitivamente a un destino turístico. Eso es el chocolate para Bariloche. La sensación placentera del gusto y el olfato que cierra y acompaña al turista cuando regresa a su hogar. Y busca compartirlo. Un turista que convida chocolates de Bariloche está compartiendo su viaje. Y está recomendando el destino. El chocolate reconforta cuando hace frio, se hace maná cuando en una fondue se combina con una fruta roja del bosque, se transforma en magia cuando es una figura en manos de un niño, se reinventa a sí mismo cuando es bombón o rama. En materia de experiencia de sentidos para coronar un viaje el chocolate no tiene rivales. Y la historia de los pioneros y empresarios de Bariloche ha transformado este pensamiento simple en una realidad, proyectando a San Carlos de Bariloche sin dudar como una ciudad por excelencia a la hora de conocer lo mejor del chocolate en la Argentina. El cacao ha vuelto a América después de dos mil años, y ha elegido Bariloche para quedarse a Vivir.

