Liderados por Misiones, las demás provincias y países con experiencia jesuítica en América Latina suscriben un Acta de Intención para consolidar este nuevo producto internacional. Aspiran a lograr la bendición del Papa Francisco. A partir el apoyo político, San Ignacio podría ser el epicentro jesuítico mundial, un anhelo que lleva más de 30 años de trabajo.
En un acto encabezado por los Ministros de Turismo de Argentina y de Misiones, Gustavo Santos y José María Arrúa, junto a representantes de Brasil, Bolivia, Paraguay y Uruguay, suscribirán, este jueves 4 de agosto de 2016, en la ciudad argentina de San Ignacio un acta de Intención y Compromiso para trabajar de manera mancomunada en la consolidación de esta Ruta Internacional que pretenden bendecir con el propio jefe de la iglesia católica, el sacerdote jesuita Jorge Bergoglio, envestido como Papa Francisco.
Con Misiones, trabajarán de manera conjunta las provincias de Corrientes y Córdoba, que son las que tuvieron a los jesuitas dentro de sus territorios y a las que se sumarán Brasil, Bolivia y Paraguay, con los vestigios de los pueblos que fueron fundados por los curas de esta orden y que hoy, como Patrimonio de la Humanidad, son parte de una oferta turística internacional.
El acto, multitudinario, será el disparador para consolidar este proyecto que pretende ser uno de los ejes más fuerte del turismo de la tierra colorada, junto a los atractivos ya consolidados y todo el potencial que dispara el fuerte misionero: los saltos de agua, la selva, su biodiversidad y los paisajes caracterizados por la naturaleza y su particular idiosincrasia.
La presencia del ministro de Turismo de la Nación, Gustavo Santos, le pondrá el marco a la firma de Convenio del Programa Emprender, que busca promover el desarrollo y fortalecimiento de emprendimientos turísticos capaces de generar valor agregado a la consolidación de la trama empresarial del turismo de Misiones. La agenda oficial prevé la inauguración del Centro de Interpretación Jesuítico Guaraní de San Ignacio Miní, con la presencia y palabras del gobernador Hugo Passalacqua y los demás funcionarios y público invitado.
La apuesta es fuerte: el Gobierno de Misiones sale con decisión política e intención de desarrollar este producto internacional, liderado desde la tierra colorada y proyectado para consolidar en cuatro años de gestión, el modelo definitivo de un producto turístico relevante a escala mundial y al que se podrán sumar nuevos países, como ya lo están haciendo Bolivia y Uruguay.
El escenario local es favorable. El internacional, inmejorable, a partir de la figura de un Papa jesuita gobernando al catolicismo mundial.
Pero además, ya en su primera visita como ministro de Turismo de la Nación, Gustavo Santo manifestó el apoyo político del Gobierno nacional y la decisión de acompañar este proyecto; fue él quien, en el Centro de Convenciones de Misiones, instó a las partes “a trabajar para tener un producto bien armado y llevarle al Papa Francisco para pedirle su bendición”.
Por primera vez, el Ministerio de Turismo de la Nación (ya sea como Ministerio o como máximo órgano de Turismo de Argentina, en sus denominaciones anteriores) sale a respaldar un proyecto con epicentro en la tierra colorada. El Voto Cataratas, por citar un ejemplo reciente, que buscó convertir a las Cataratas del Iguazú en una de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo Moderno, no tuvo más que tibios apoyos que no se tradujeron en beneficios concretos.
Los conocedores del tema también interpretan que la falta de acompañamiento político desde la Nación pudo ser el principal déficit del desarrollo de este proyecto que lleva, al menos, un cuarto de siglo tratando de despegar, con distintas denominaciones pero similar objetivo. Pero el ninguneo argentino a Misiones para consolidar el camino de los jesuitas es el mismo que sufrieron de parte de sus Gobiernos nacionales, los departamentos paraguayos y los Estados brasileños. Ahora hay otro panorama que habrá que aprovechar.
¿Por qué estas misiones, la de Argentina?
La provincia argentina de Misiones cuenta con las reducciones jesuíticas más emblemática de todo el circuito. Acá, en la tierra colorada, estuvo la primera imprenta de América Latina, ubicada por los historiadores en el pueblo de Loreto, por los años 1699 o 1700. Después, el liderazgo de Candelaria como capital de las Misiones Jesuíticas y la producción y el comercio de la yerba mate, emblemática antes y ahora, que llegó -en esa época- hasta el Perú, como producto de venta y de canje.
En la actualidad, la misión de San Ignacio Miní es por lejos, la que más turistas recibe por año. Sus más de 250 mil visitas la posicionan como la que más actividad registra, de fácil accesibilidad y cercana a atractivos turísticos de suma relevancia, y a partir también de la fuerte inversión internacional y provincial para restauración, conservación y mejoramiento en el entorno, como el modernísimo espectáculo de imagen y sonido, devenido de aquel espectáculo de luz y sonido que se mantuvo por casi treinta años.
Ahora, el también vanguardista centro de interpretación de la experiencia jesuítico guaraní, el próximo parque temático Casa de Horacio Quiroga y la reconocida capacitación que ostentan los guías profesionales de la ciudad, le dan a San Ignacio un lugar de privilegio por sobre los demás patrimonios jesuíticos, como acompañamiento al reconocimiento que le dio la Unesco al convertirlas en Patrimonio de la Humanidad. La inversión en infraestructura y mejoras en el entorno en los últimos años del Siglo 20 y los actuales del Siglo 21 también le confirieron un fuerte valor agregado no sólo a San Ignacio sino también a Loreto y Santa María.
En la actualidad, San Ignacio marcha a recuperar un lugar de liderazgo dentro el mundo jesuítico.
En cuanto a la administración, el Estado provincial tiene la capacidad y la potestad del manejo integral del conjunto jesuítico al que le agregó, tanto en temática como en proximidades, el Parque Temático de la Cruz de Santa Ana, incorporado y asociado al producto jesuítico.
Este producto jesuítico viene batallando para convertirse en una referencia internacional desde hace, al menos, tres décadas. Desde principios de los 90, Misiones participa de manera activa en la definición de este producto. Lo hizo en soledad y también en conjunto con Brasil y Paraguay. Las reuniones, aportes, ideas, debates, correcciones (y hasta enojos) se resumen en el acta que firmarán todos juntos este jueves.
Pero más allá de la firma, que le da forma tangible y comercial a un producto que cuenta, por primera vez, con el apoyo específico del Gobierno argentino y el compromiso del Gobernador misionero para mostrarnos al mundo, también, desde la ruta internacional de los jesuitas, disparando un mercado potencial inimaginable que convoca a los empresarios del sector, claro está, pero también, a historiadores, antropólogos, músicos, escritores, religiosos, cocineros, poetas, pintores y artesanos, solo por citar algunos, de todos los países que tuvieron en sus territorios a los jesuitas. Más todos los países actuales donde están asentados.
Ahora, las autoridades actuales de los países y regiones con misiones jesuíticas en América del Sur, declaran su cabal intención de realizar un trabajo conjunto, de carácter internacional, para la consolidación de la Ruta Internacional de los Jesuitas, buscando conformar un circuito de carácter multidimensional e interdisciplinario, abocado a los aspectos históricos, patrimoniales, sociales y religiosos de la confluencia de culturas que tuvo lugar en tierras americanas durante la evangelización de los sacerdotes jesuitas en pueblos originarios durante los Siglos XVII y XVIII.
Pero además, se comprometerán a instrumentar políticas amplias que favorezcan al desarrollo socioeconómico, la integración y el fomento de la actividad turística de carácter sustentable, a partir de la consolidación de un circuito internacional integrado, lo que no es poco.
Posadas (Por Raúl Puentes).