Por Fabiana Chércoles.

En el mundo romano se empleaba el término termas, del latín “thermae” que significa “baños públicos”, llamados así debido al importante carácter social, además de terapéutico, higiénico y lúdico que tenían. Son los precursores de los actuales centros termales, a los que se parecen en muchos aspectos y, sobre todo, comparten su finalidad, principalmente en las áreas terapéutica, higiénica y lúdica.

La cultura del agua.
En la actualidad, el termalismo engloba no sólo los conceptos médicos, relacionados con la aplicación terapéutica de las aguas mineromedicinales y su eficacia, sino también una filosofía o cultura del agua, una búsqueda de la salud y el bienestar de manera natural.

Un acelerado estilo de vida afecta directamente a nuestra Salud. Las grandes ciudades con mayor aglomeración de población y la exigencia diaria, no solo desencadenan la búsqueda del uso del tiempo libre en esparcimiento y relax, sino se le suma, el retorno a la naturaleza, y los recursos que nos provee.

Ha cambiado la motivación del turismo. Si en esta búsqueda le agregamos que hoy ha modificado el concepto de salud:”Como un completo estado de Bienestar físico, mental y social”, según la OMS, podemos decir que el hidrotermalismo tiene el aval con la totalidad de los componentes del estado de bienestar y, satisface nuestras exigencias.

Es increíble que las termas hallan nacido casi como un concepto de turismo bienestar entre los romanos y hoy en este nuevo renacer de buscar los orígenes volvemos al mismo concepto al cuidado de nuestro cuerpo, no solo por fuera sino por dentro.

Por suerte en nuestro país el termalismo ha crecido muchísimo en estos últimos años, es uno de los países lideres, no solo por las propiedades de sus aguas, sino porque cada vez se encuentran mas pozos termales. Esto ha producido grandes inversiones para una demanda que también se ha modificado, porque ha abierto el segmento a todas las edades y exigencias. Esto va produciendo un cambio en el turismo. Un atractivo muy noble, se consume todo el año, para todos los públicos y para todos los bolsillos.

Acudir a un centro termal, implica un viaje distendido, un paréntesis en la mente, una liberación de stress… un cambio de actitud, y hoy en día todo es cuestión de actitud.
Date un gustito… disfrutalo todo el año.

Cuando hablamos de calidad de vida, hablamos de turismo de bienestar.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció en 1989, como recurso a tener en cuenta, el tratamiento de diversas afecciones por medio de las Aguas Termales, por considerar que se trata de una de las actividades de Salud más importantes para mejorar lo que se denomina “calidad de vida”.

En once países de Europa, entre ellos Alemania, Bélgica y Francia, Portugal a modo de ejemplo, la terapéutica termal esta incorporada a los respectivos Sistemas de Seguridad Social, Es decir que esta incluida en los nomencladores para ser recetados como cualquier tratamiento.

Los médicos especialistas en estos temas coinciden en que no se trata de una medicina alternativa, sino más adecuadamente, complementaria. Porque no reemplaza a otras medicinas, sino que ayuda en el tratamiento de muchas dolencias completando los tratamientos ortodoxos.

– Estimulan las defensas del organismo.

– Depuran la sangre eliminando toxinas y productos de desecho por la sudoración y diuresis que provocan.

– Reactivan el metabolismo retardado en muchos reumáticos.

– Tienen poder desestabilizante sumamente útil considerando la participación alérgica en el orden de las  afecciones reumáticas.

– Reeducan el sistema termorregulador, de enorme importancia en el reumático que ha perdido su capacidad de reaccionar y adaptarse a los cambios del medio ambiente.

– Su poder de analgésico y calmante de dolores es bien conocido.

– Relajan los músculos y por su acción revulsiva, y resolutiva actúan sobre los demás, tumefacciones, y procesos crónicos fibrosos.

– Sedan el sistema nervioso.

– Reconstituyen y tonifican.

– Modifican el terreno reumático en modo significativo.

– Ejercen acción míorelajante, sobre las contracturas, y rigidez neuro-músculo-osteo,- articular, de capital importancia en los tratamientos de rehabilitación y reeducación músculo esquelética.

El Termalismo es un producto turístico diseñado específicamente para recuperar, el equilibrio saludable del ser humano: cuerpo, mente y espíritu, facilitando el encuentro consigo mismo, con su entorno afectivo y espacial, o sea procurando su bienestar integral: El Termalismo es Turismo Bienestar.

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