Malbec, Torrontés, Syrah, Pinot noir, Cabernet sauvignon, Tannat, Merlot, Sauvignon blanc… son tantas las opciones que cuesta decidirse, pero la invitación está hecha: sumergirse en el ritual del vino en distintos lugares de Argentina es entrar en un mundo distinto lleno de sabores, colores, texturas ¡y brindis! Las posibilidades para descorchar una botella, sentir el aroma y alzar la copa rodeado de paisajes inigualables son muchas, ¡vos elegís cuál para disfrutar una escapada!

Brindar con un malbec en una bodega mendocina y no perderse la oportunidad de dar una caminata por los viñedos para extender el relax un poco más.

Consejo: también podés aprovechar la posibilidad de andar en bicicleta entre los viñedos. El calorcito del sol y el verde del paisaje ayudan a sumergirse en la tranquilidad y el ritmo calmo de estos pagos.
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Reencontrarse, disfrutar de picadas, brindis y risas con amigos: ¡dar lugar a las anécdotas en Córdoba!
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¡Un recorrido guiado para los curiosos que quieran conocer los secretos de los viñedos de altura y las bodegas salteñas!
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Caminar entre los campos neuquinos y las salas llenas de barricas de roble, y después disfrutar de un almuerzo elaborado por excelentes chefs acompañado por un vino local.
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Participar de una cata en medio de la naturaleza más linda…

… como en San Juan.
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O en los valles de Río Negro, disfrutando el sol en la cara.
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Sentarse a la mesa en La Rioja, sentir el aroma del vino apenas se descorcha una botella y maridarlo con sabores especiales, como el chivito al Torrontés, un cabrito o un cordero. De postre: ¡alfajor de… Torrontés!
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Sumergirse en las termas de Fiambalá y, para terminar de relajarse por completo, brindar con una copa de vino local en la nochecita catamarqueña.
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