Diego Amador presenta «Soy de las 3000» hasta el 29 de Marzo – Gira promocional en Argentina
Un compositor y cantante flamenco, por tradición ha hecho del piano de cola su guitarra flamenca y el escenario su lienzo.
Como pianista a Diego Amador lo llaman “El Ray Charles Gitano”, por ese espíritu libre y vigoroso con el que interpreta el piano. Como Cantaor Flamenco, se ha hecho conocer al cantar una amplia progresión de palos o claves flamencas.
Esa combinación de intérprete y músico excepcional, ha sido su pasaporte al momento de colaborar con las más grandes estrellas del flamenco como Tomatito, Camarón de la Isla, Diego El Cigala, y Remedios Amaya entre otros.
«…no paro de escuchar el disco de Diego Amador. Es como si uno se atreviera a hablar con alienígenas. Maneja otro mensaje, porque el piano adquiere un misterio hipnótico, que viene de centurias y de un mundo proscrito.»
Luis Alberto Spinetta
«Soy de las 3000» es un disco innovador donde Diego Amador pone su voz flamenca a los ritmos latinos.
A fines del 2016 se presentó el primer corte del disco, La Sandunguita, con la participacíon de
Oscar D´León, y nació el primer video clip –> https://goo.gl/yNwuNc
Junto a Alejandro Sanz grabó Regálame la silla donde te esperé, una llamarada musical en donde dos de las voces más íntegras del mundo hispano dibujan un pentagrama en el que el nuevo flamenco fulgura en su máximo esplendor.
El disco tiene dos temas de su autoría. Soy de las 3,000, que es un tributo a su familia y a sus vivencias de niño, y Me Trae el Aire, dos rumbas flamencas con el perfecto sello de Amador. El CD, incluye además El Son de la madrugada. Una emotiva canción que ya había grabado dos décadas atrás con la popular artista cubana Omara Portuondo y, que para esta ocasión Diego la renueva con una genial interpretación en solitario.
En El Alma al Aire y Dos Gardenias, es evidente que las fronteras de varios géneros musicales se diluyen dando paso a un horizonte musical en donde la buena música y el sentimiento más puro se abrazan apasionadamente.
Un poco de historia…
Su pasión por la música surgió casi al mismo tiempo que aprendía a hablar, cuando su padre le enseñó sus primeras notas flamencas, a la vez que lo cargaba siendo un bebé.
Como miembro de una comunidad gitana, su infancia se convirtió en un lienzo musical en donde Diego, familia y vecinos comulgaban música a campo abierto. “Nos reuníamos todos”, recuerda, “armados de guitarras, a cantar y simplemente hacer música, hasta que la noche nos cobijaba con su universo pleno de estrellas y ritmos flamencos”, agregó.
A los cinco años, cuando sus manos aún no podían abarcar por completo el mástil de la guitarra, él las estiraba lo más que podía para tocar los primeros acordes. Con esa misma espontaneidad pronto vinieron los otros instrumentos: batería, bajo y – por supuesto – el piano.
“A a la escuela fui poco. Lo suficiente para aprender a leer, escribir, la matemática básica”, dice. Su mayor universidad vino en su pasión por el arte. También esa fue su mejor coraza pues vivía en uno de los barrios más marginales de Sevilla, España: El Barrio de las 3,000 viviendas. Así es que mientras muchos jóvenes se perdían en el mundo de la droga, Diego pasaba largas horas encerrado en su casa tocando música. Allí y así comenzaron a surgir también sus primeras composiciones.
En la adolescencia dos de sus hermanos mayores, Raimundo y Rafael Amador formaron el grupo mítico Pata Negra el cual se hizo famoso en los 80’s por sus fusiones de flamenco, rock y blues. Diego asistía a verlos siempre que lo dejaban y se volvía la estrella de la noche cuando esporádicamente era invitado a tocar la batería siendo tan solo un niño que ni siquiera alcanzaba los pedales.
Sus discos
A los diecinueve años, surgió la oportunidad de su primer disco titulado Anticipo Flamenco, un abrebocas de lo que sería una nueva puerta para el nuevo piano flamenco del momento. Este trabajo fue producido por Ricardo Pachón, el más influyente productor en este género. A pesar de su juventud, en este proyecto se impuso su innegable pasión por el jazz y el piano.
En los discos posteriores, El aire de lo puro y Piano Jondo, despuntó esa forma tan suya de interpretar el piano, tal y como si fuera una guitarra, que se ha convertido en su gran sello y lo ha llevado a ser conocido como un gran maestro del piano flamenco.
Por ésta época también y gracias a su poderosa voz flamenca, Diego Amador ganó notoriedad con sus versátiles vocalizaciones, despertando en sus oyentes un horizonte de emociones en donde lo feroz y lo mágico encuentran una armonía perfecta. Ese estilo libre y fascinante quedó plasmado en su disco Rio de los Canasteros, con el que obtuvo su primera nominación a los Latin Grammy Awards 2008 en la categoría de “Mejor Álbum Flamenco”. Después vendría su disco Live in Paris / Flamenco Jazz Tribute (2012), su gran tributo a los grandes maestros que le han dado la inspiración.
Para el 2013, cuando grabó su sexto álbum, Scherzo Flamenco, ya la prensa internacional lo calificaba como “uno de los pianistas de flamenco más geniales de todos los tiempos”.
Entre un disco y otro, siempre encontró tiempo para compartir el escenario con importantes íconos de la música como Chick Corea (considerado una de las máximas voces del piano jazz), el guitarrista Pat Metheny, el legendario contrabajista Charlie Haden, además de Abraham Laboriel y Alex Acuña, entre muchos otros.
El 2016, marcó el inicio de una nueva etapa musical en la carrera artística de Diego. De la mano del reconocido músico y arreglista cubano Alain Pérez explora el mundo de la salsa y los ritmos latinos e incentiva su regresó al estudio. Miami fue la inspiración para producir él mismo, éste, su disco más biográfico: Soy de las 3,000.