Desde la semana pasada volvió a funcionar la espectacular cascada ubicada en pleno centro porteño en el horario de 8 de la mañana a 2 de la madrugada. Este monumento que representa a una de las maravillas naturales del mundo, Cataratas del Iguazú, se convirtió en un atractivo de concurrencia masiva de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
A partir de su inauguración el miércoles 11 de diciembre del 2013, la réplica de las Cataratas ha sido motivo de comentarios, extensas notas en los medios más importantes del país y del MERCOSUR, además de convertirse en uno de los puntos de interés más visitados por quienes recorren esta gran urbe.
Luego del impacto generado a partir de su inauguración, lo que motivó que miles y miles de personas visitarán este monumento ubicado en una de las plazoletas de la provincia de Misiones asentada sobre Avenida 9 de julio a la altura de Avenida de Mayo; en los primeros días de 2014 las Cataratas dejaron de funcionar debido a la emergencia energética que tuvo que afrontar el Gobierno Porteño lo que determinó mediante el decreto 532, desafectar todas las fuentes de agua públicas.
Este hecho no opacó el gran impacto que causó esta obra, ya que promediando el verano el diario Clarín publicó una extensa nota sobre “la creativa obra que evoca el paisaje misionero está en un sitio marcado por el agua”, según lo afirmó Beto Gonzalez Montaner, editor de Arquitectura del mencionado diario. El editor que elogió el monumento, contó en forma pormenorizada su propia experiencia-“Cuando llegué, la sorpresa fue mayor. La gente hacía cola para sacarse fotos. Pero, para mi satisfacción, no me encontré con una reproducción en escala menor de las Cataratas del Iguazú sino con un dispositivo visual, sonoro y atmosférico, de gran abstracción, que genera lo que sus creadores –el arquitecto Oscar Romero, Leandro Panetta y Raúl Podetti– llaman “Experiencia Cataratas”.
Para los que no lo vieron, les cuento. Es un semicírculo de 11 metros de diámetro construido con 41 dovelas de piedra color rojizo de 3 metros de alto que emergen de un espejo de agua. Estas especies de rústicas columnas están separadas entre sí por una caída de agua que golpea sobre piedras moras traídas desde Misiones. Se ingresa a este espacio cóncavo a través de una pasarela de hormigón. Así, rodeado por ese anfiteatro rocoso, el ruido del agua y la bruma, la referencia hacia la Cataratas se hace ineludible. Lo que captaron y reprodujeron los autores es la atmósfera de esta majestuosa belleza natural, no intentaron ingenuamente copiarla. Y así consiguieron generar este monumento, homenaje y promoción de la Cataratas, interpretando lo que les había encomendado el Gobierno de la Provincia de Misiones”. Trascendiendo las fronteras.La sección G1 Turismo e Viagem, de la Rede Globo de Brasil, también dedicó una publicación al nuevo atractivo bajo el título “Buenos Aires ganha réplica das Cataratas do Iguaçu”. Uno de los párrafos alude a una “Maravilla Moderna” – “com 280 metros de extensão, o Monumento às Cataratas do Iguaçu é feito com a mesma pedra encontrada nas formações onde fica a cachoeira — que no lado argentino ficam localizadas na província de Misiones. A rocha foi trazida de lá para ser utilizada na construção.Também há uma passarela para que os visitantes possam se aproximar da queda d’água.”
La gran repercusión en los medios de comunicación y la fuerte convocatoria que genera esta recreación ha logrado que la experiencia de sensaciones, vibraciones y energía remonte a cada visitante a la maravilla que es Patrimonio de la Humanidad y de todos los argentinos, Cataratas del Iguazú.