El sector hotelero y gastronómico, junto al transporte, conforma la columna vertebral de la actividad turística, reconocida en el mundo por su capacidad y aporte al desarrollo de las naciones. Constituye un sector económico de máxima importancia porque genera empleo y riqueza en las economías regionales, y motoriza otros sectores económicos, como el comercio. En Argentina genera más de 1 millón de puestos de trabajo. Como actividad económica, su desarrollo es relativamente reciente, por lo que su crecimiento es sostenido.

Uno de los desafíos para la actividad es contrarrestar la estacionalidad y sus efectos negativos. La tarea no es sencilla porque inciden muchos factores, sociales, laborales y climatológicos. Una de las herramientas es la Ley de Feriados y su sistema de corrimientos. Además, brinda previsibilidad y responde a un modelo de consumo mundial de tomar breves recesos en distintos momentos del año. La desestacionalización es vital para el sector, y especialmente para los destinos que tienen en el turismo su principal actividad económica. De hecho existe una relación directa entre estacionalidad y desempleo.

Pensar en alternativas para impulsar la desestacionalización del Turismo, no significa perjudicar a otros sectores. La hotelería y la gastronomía siempre han compartido la visión de concretar un ciclo escolar que responda a un mínimo de 180 días de clases.

Con respecto a nuevas medidas tomadas por el Gobierno Nacional con la eliminación de los feriados “puente”, entendemos que de alguna manera se pensó en compensarlos trasladando siete feriados en vez de tres. Otra señal positiva es que en 2017 las clases comienzan en marzo, situación que extiende la temporada estival en relación a los últimos años.

Por otra parte, si bien en 2017 y en 2018 el esquema de feriados es similar, en 2019, el cronograma se modifica considerablemente, ya que habrá cinco fines de semana largos menos.

Como entidad federal conformada por 63 Filiales, FEHGRA hará el seguimiento del caso, partiendo del hecho concreto que nos impone tener un país tan grande y diverso, con realidades que pueden ser sensiblemente diferentes.

Durante los últimos años, nuestro sector padece falta de rentabilidad y de competitividad, producto de la alta presión tributaria, el aumento de los costos, la caída de las ventas.

La hotelería y la gastronomía es mano de obra intensiva y tiene sus capitales anclados a los vaivenes de la realidad local, por eso, resulta vital que las políticas públicas promuevan el desarrollo del sector, y entre otras cosas se tomen medidas para compensar los efectos negativos de la temporada baja.