Por Fabiana Chércoles.
Firenze o Florencia jamás te defraudará, se respira arte.
La gran corriente del Humanismo, con su gran admiración a lo greco-romano, se vio reflejada en las artes. En oposición a lo medieval que se desprecia como “bárbaro”, se eleva como modelo: la edad antigua y su arte.
Este renacer a lo griego y romano se dio en toda Italia, pero principalmente en Florencia y Roma. La península itálica estaba preparada para semejante corriente cultural: ambiente de refinamiento, lujo, creciente bienestar material, y además poderosas familia con gran generosidad transformándose en mecenas de arte.
Es el ejemplo de los Médicis, donde en su capilla, se ve el trabajo de Miguel Ángel, un artista que fue un máximo exponente de su trabajo.
Calcando los modelos clásicos anteriores, el “nuevo Arte” abrió paso a la reproducción de la belleza perfecta, sobretodo en el cuerpo humano. Para ello, se utilizó el desnudo, en esculturas como se ve un claro ejemplo en “El David” que simboliza la pureza y la verdad. Esta inmensidad tiene una actitud antropocéntrica característica de la edad moderna.
Los cuadros ya no están al servicio de la iglesia, sino para el “burgués”. En pintura, por ejemplo se destaca Sandro Botticelli, en “Alegoría de la Primavera” obra pictórica que se encuentra en el Museo de Florencia, donde se refleja los parámetros renacentistas característicos de la Italia.
En la arquitectura, el renacimiento, toma las formas básicas que habían usado los romanos: simétricos y en equilibrio.
El racionalismo está aplicado a la proporcionalidad. Todo tiene que ser armonioso, equilibrado y racional en oposición a la edad media, gótica e “irracional”. Los arcos sostenidos por las columnas deben ser matemáticamente perfectos.
Los Palacios ya son en torno a patios cuadrados rodeados de galerías (logias). Muros con ventanas abiertas a la ciudad moderna. Superposición de aventanamiento en tres pisos o plantas con almohadillado y cornisa como es la Casa de los Médicis.
Florencia fue cuna del renacimiento y se transformó en un verdadero museo de arte. Hoy yo diría que es una de las capitales del arte renacentista, porque Florencia es puro renacimiento.
Fotos: Ricardo Seronero.