¿Qué es el efecto Dreamliner?
Si nos sigues en nuestros perfiles sociales sabrás que muchas veces hablamos del efecto Dreamliner, tal vez incluso hayas tenido ocasión de experimentarlo volando a Miami, Bogotá, Santo Domingo, La Habana, Lima, Sao Paulo o Buenos Aires con nosotros. Y es que hay un antes y un después de volar en un Boeing 787 Dreamliner. ¿Quieres saber por qué? ¡Te lo contamos!
Iluminación relajante
Una de las primeras cosas que notas nada más embarcar en un Dreamliner es el interior. El diseño de todos sus elementos, desde los armarios hasta los baños, está pensado para ofrecer confort y serenidad a los pasajeros. La experiencia visual es inigualable gracias a la iluminación LED. Con ella, se puede simular en cada momento las fases de luz del día en los vuelos de larga distancia, ayudando a ajustar el reloj interno y reducir así el cansancio por el conocido jet lag a nuestra llegada.
El sistema de iluminación tiene tantas posibilidades que hasta pueden producirse combinaciones tan vistosas como estas:
Los portaequipajes también se han diseñado para aprovechar toda la altura del fuselaje, proporcionando más amplitud en la cabina, resultando en un ambiente interior más espacioso.
Silencioso por fuera y por dentro
Ponerte los auriculares y no escuchar apenas ese zumbido tan característico de los motores de un avión es algo que sin duda valoran muy positivamente nuestros pasajeros. Diferentes tecnologías para hacer del Dreamliner un avión más silencioso, como por ejemplo la cubierta dentada de los motores que reduce el ruido hasta un 60% más que los aviones convencionales, permite a sus ocupantes experimentar más tranquilidad en los vuelos. También cuenta con materiales interiores que reducen la propia vibración del avión y un aire acondicionado que se siente pero que no se oye. En definitiva más silencio, más tranquilidad.
Las turbulencias se minimizan
Gracias a la ubicación de unos sensores especiales en el Dreamliner, se compensa el movimiento de manera que el vuelo se suaviza ante turbulencias moderadas, así que si padeces de cinetosis los síntomas se reducen considerablemente y en algunos casos son inexistentes.
El avión con las mejores vistas
Adiós al termino ventanillas, pasemos a llamarlas ventanas y es que estas son un 30% más grande que cualquier otro avión comercial. Pero las ventanas del Boeing 787 Dreamliner no solo son más grandes sino que muchos estáis fascinados por la forma en cómo se oscurecen, lo sabemos, crea adicción.
Respira aire limpio
Con la misma tecnología que se usa en los hospitales, los Boeing 787 tienen incluso mejor calidad de aire debido al innovador método de purificación del aire, conocido como filtración gaseosa. Los filtros HEPA dejan el aire libre de partículas y son efectivos eliminando bacterias, virus y hongos. Investigaciones han demostrado que la contaminación del aire causa muchos de los síntomas que a menudo están asociados con la baja humedad: dolor de cabeza, irritación de los ojos o sequedad. El sistema del Dreamliner reduce estos síntomas y además su fuselaje de materiales compuestos permite añadir un 10% más de humedad en el aire, lo que ayuda a que los pasajeros se sientan más descansados y menos deshidratados después de un vuelo largo.
Llegar más descansado a destino
La razón principal por la que solemos llegar más cansados después de un vuelo de muchas horas es la presurización de la cabina, esto hace que inhalemos menos oxígeno en cada respiración y que tengamos esa sensación de dolor cabeza y nos sintamos también más fatigados, algunos lo describen algo similar al mal de montaña o mal de altura. El Dreamliner está presurizado a un nivel máximo de 6.000 pies de altura, 2.000 pies menos que la mayoría de los aviones, lo que lleva a nuestro cuerpo absorber un 8% más de oxígeno en la sangre, por lo tanto a esta altitud los pasajeros experimentan en menor medida los síntomas mencionados.
¿Y por qué otros aviones no presurizan a esta altitud? El fuselaje de los aviones están diseñados para soportar una determinada diferencia de presión entre el exterior y el interior. Si la diferencia es excesiva, el fuselaje se dilataría hasta romperse. Los aviones hechos de aluminio no pueden presurizar a 6.000 pies, pero sí los Boeing 787, ya que las secciones fuselaje del avión se fabrican en una única pieza de plásticos reforzados de carbono. Los materiales compuestos del avión permiten un menor nivel de altitud en la cabina, haciendo el viaje mucho más cómodos a los viajeros. En resumen más oxígeno y más humedad ayuda a llegar más fresco, relajado, menos cansado y por supuesto con menos jet lag.
Aunque estas son las razones que te damos de porque volar en un Dreamliner es diferente no puede haber nada comparable a experimentarlas. Y es que una vez lo pruebes no querrás volver a volar en otro avión, es el llamado efecto Dreamliner.