Es una construcción de principios del siglo XX que guarda una parte fundamental de la historia argentina: la vida de Eva Duarte de Perón. Se convirtió en el Museo Evita y sigue sus pasos desde el nacimiento en Los Toldos hasta la cima de su poder político.
Nuestra vida hogareña fue hermosa. Guardo intacta, como si el tiempo no la hubiera rozado siquiera, la imagen de nuestra cena familiar. El hecho de vernos así reunidos, de respirar esa paz que parecía exhalarse del mantel, nos ponía alegres, nos hacía sentirnos fuertes contra toda posible adversidad. Y mamá nos llamaba “su pequeña tribu”. Y lo éramos.
Este párrafo está escrito en el libro Mi hermana Evita de Erminda Duarte y, además, decora una de las tantas paredes del museo ubicado a metros del Botánico, sobre la calle Lafinur en pleno barrio de Palermo. La hermana más cercana de Eva recuerda el calor de su hogar. Las charlas hacen a un hogar, las personas que lo habitan, los objetos, los olores.
En 1948 muchas mujeres del interior del país, solteras y en su mayoría con hijos, se encontraban en situación de calle, de vulnerabilidad. Vulnerabilidad social, económica, política. Entonces el Hogar de Tránsito Nº2, que fue adquirido por la Fundación de Ayuda Social Eva Perón, las albergaba y les brindaba asistencia, un techo en donde podían estar con sus hijos, donde podían sentirse seguras y compartir un plato de comida casera.
Antes de ser este lugar para contener a las mujeres y mucho antes de ser museo, esta casa emblemática de estilo español, que cuenta con un patio andaluz en su interior, perteneció a los Carabassa, una familia de la élite porteña. En 1926 el padre de familia contrata al famoso arquitecto argentino, Estanislao Pirovano para que la reforme y le dé su toque neorenacentista ítalo español.
La historia de este caserón, que hoy en día es Monumento Histórico Nacional y Lugar Histórico de la Ciudad, se podría dividir en cuatro etapas. Luego de ser una vivienda familiar se convirtió en hogar de tránsito hasta el año 1955 cuando, con el golpe de estado, todos los bienes de la Fundación Eva Perón son intervenidos y pasan a manos del Estado Nacional. En su tercera etapa, la casa funcionó como una escuela para chicas y chicos ciegos durante treinta años. Hoy en día la escuela sigue existiendo como tal con el nombre Santa Cecilia y esta ubicada en el barrio porteño de Caballito.
En el 2002, año en el que se conmemoró el cincuenta aniversario de la muerte de la “Abanderada de los Humildes”, llega la etapa del Museo Evita, que abre las puertas de esta antigua casa para celebrar a María Eva Duarte.
“Toda la colección de los objetos personales de Evita presente en el museo es única y original, pertenece a la familia Álvarez Rodríguez Duarte. Lo primero que se armó fue la biblioteca que reúne todas las biografías que hacen referencia a Eva y demás bibliografía especializada en historia del peronismo. Es uno de nuestros tesoros más preciados”, explicó Romina Martínez, Coordinadora del Área de Educación y Capacitación del Museo Evita, que además dice que reciben muchas donaciones de ciudadanos que guardan objetos, diarios e historias sobre la vida y muerte de la ex primera dama.
Luego de recorrer las doce salas del museo de manera cronológica, llegamos a la razón de su vida. Y no quedan dudas, en esa casa Evita es inmortal.