Clases de cocina natural, Pizza party para los más chicos, pintura en vivo con artistas locales, degustaciones de quesos y vinos, los tragos de Apóstoles en el after beach, caminatas, yoga y masajes son sólo algunas de las cosas que se pueden hacer en Divisadero Club de Mar, en Cariló. La localidad está en el tope máximo de su ocupación durante esta segunda quincena y se espera un fin de enero excepcional.
Las playas argentinas tienen un atributo único que no es fácil encontrar en otros destinos. El verano no transcurre solamente entre el sol y la arena, sino que cada día uno puede encontrarse con alguna sorpresa que va desde una clase de comida sana hasta una Expedición Familiar Nocturna, una degustación de los mejores vinos de altura, un masaje o la posibilidad de recibir clases de natación en una inmensa piscina.
Todo fue emoción cuando el pasado sábado 25 de enero Divisadero Club de Mar tuvo una gran fiesta deportiva con el primer evento Bahía Bay Beach Volley, organizado por el ex jugador de la selección argentina de Volleyball Facu Conte y su equipo. Más de 100 jugadores, en su mayoría amateurs, se reunieron durante todo el día en la cancha del balneario en un torneo de triplas, con dieciséis triples premios. Chicos y grandes tuvieron su momento de diversión, jugando en alguno de los 16 equipos, participando de diversos juegos y actuando de hinchada. Entre los que se animaron estuvo presente el Intendente Municipal, Juan Ibarguren, junto a varios amigos.
La mayoría de los participantes fueron deportistas locales que, de sorpresa, se lo encontraron a Facu Conte jugando en la cancha de Volley municipal de Pinamar. Allí fueron invitados a participar con un equipo. La recompensa a los ganadores del equipo “Los Pinos” fue otorgada por Tato Giovanonni, creador del gin Príncipe de los Apóstoles. Fue el premio principal de la primera fecha del torneo, que se extenderá por varias localidades de la Costa Atlántica y el país.
“Beach volley jugué poco, me encanta, la arena y el mar me vuelven loco. Siempre estuve muy abocado a la cancha indoor y hacerlo al aire libre me da una felicidad tremenda, así como jugar de a dos, el sol, las gafas, es todo mucho más distendido. Con este torneo buscamos tener nuevos desafíos, probar cosas que siempre he tenido ganas de hacer y no pude porque estaba jugando profesional. Hoy estar acá en esta playa increíble es un placer total” contó mientras revoleaba la pelota de mano en mano.
Música, tragos, algunos de los mejores bocaditos que se pueden degustar en Zur, el resto del balneario, y decenas de curiosos que se acercaron a participar activamente como hinchada de cada equipo sumaron energía y emoción para crear un espectáculo único que seguramente será inolvidable y se transformará en un hito del verano 2025.
Un poco más de Facu Conte “El Heredero”, medallista olímpico en Tokio 2020
“El retiro todavía es muy reciente, estoy de a poquito atravesando un montón de emociones, pero está el disfrute, la clave de todo. Hay momentos en los que por ahí estoy un poco bajón, porque hace 20 años que soy jugador de volley profesional, y hoy pensar fuera de esa caja a la vez me da miedo, pero me divierte mucho, me gustan los desafíos. Obviamente que voy a extrañar, no voy a intentar tampoco suplantarlo porque nada va a ser como lo que viví, pero la idea hoy es tener emociones un poco más estables, poder divertirme sin tanta exigencia”, comentó el atleta.
“Elegimos Divisadero Club de Mar en Cariló con los chicos del torneo para disfrutar de eso. La playa es increíble, está situada en uno de los mejores paisajes de Cariló y todos te hacen sentir que es el lugar para elegir este verano. En cuanto a mi profesión me gustaría encarar mucho la enseñanza. No sé si pasa por ser entrenador, lo que tal vez tendría un estilo de vida bastante agitado y es un poco lo mismo que estuve haciendo. Entonces creo que podría encontrar una manera más mía de compartir mi experiencia. Hice mi propia clínica el año pasado, la idea este año es encarar ese proyecto para poder recorrer todo el país y compartir con los principiantes todo lo que pueda de mi experiencia, las cosas que me han hecho bien o mal, para darles atajos en su desarrollo deportivo. Yo tuve la suerte de tener a mi padre como mentor así que me encantaría, a la vez, poder ser ese mentor o ser esa referencia para otros chicos que sean apasionados y amen este deporte. Ser hijo de Hugo Conte, me dio herramientas y vivencias increíbles, hoy en perspectiva lo veo con otros ojos y quiero compartirlo. Lo que vivimos “los Conte” es un cuento de hadas increíble: él fue jugador, referente, ídolo de la selección. Jugamos juntos y yo también logré los objetivos y sueños que tenía, lo hicimos juntos. Siempre hablamos de toda esa esa magia y lo agradecidos que somos por lo que nos tocó vivir. La verdad es que si miras para atrás yo todavía no puedo creer las cosas que hemos logrado, así que estoy muy feliz de ser su hijo, muy feliz de la mochila gigante que me tocó cuando era chico, porque nada me ha dado tanto como el deporte en general. Este nuevo proyecto de BBBVolley es para poder compartir todo lo vivido. Hay una gran cantidad de pibes y pibas que se suman al deporte, se contagian, es importante para el desarrollo, el crecimiento personal y deportivo. La verdad es que fue algo que yo no me esperaba, un sueño que no tenía. Pero haber vivido ese impacto fue muy increíble porque no me lo esperaba, que la gente se sintiera tan conectada, tan inspirada, admirándonos tanto es una gran responsabilidad, por eso ahí surgió también el propósito y la misión de querer compartir todo esto, viendo el impacto que podíamos tener simplemente jugando. Queremos ser inspiración y este proyecto de Bahía Bay es justamente el primer torneo amateur de beach volley donde no hace falta que sepan jugar, basta anotarse y venir, son equipos de tres, algo disruptivo, diferente, salirse de las estructuras a las que estamos acostumbrados y hacer algo completamente diferente para pasarla bien realmente”, finalizó.
El atardecer regaló sus cielos en el horizonte de Divisadero Club de Mar, cuando la hora dorada fue el momento perfecto para dar un momento al relax y a las anécdotas.