Cuando hablamos de cobrar una gran trucha marrón del río Limay Superior, peces tan salvajes como difíciles de engañar, la estrategia previa es fundamental. Pensando sobre distintos abordajes con Ricardo Picapietra, tremendo conocedor de este río, la idea fue la siguiente: pescar los tramos inferiores durante la mañana, antes de la pasada de las balsas. Ingresando a aguas completamente descansadas….
Tras la largada de balsas, bajamos en camioneta por la margen rionegrina, hasta un pool de gran rendimiento, la recta de Rincón Chico. Histórico sitio de sostén, donde las grandes marrones del Nahuel Huapi, se concentran en su migración reproductiva.
Allí nos rodeaba un paisaje fabuloso, como una postal digna de Tolkien, con los cerros cubiertos de lengas enrojecidas, los ciervos bramando y la niebla cubriendo el río.
En lo que seria la ultima pasada, pensé internamente sobre una nueva estrategia. Con el sol ya alto y en aguas tan transparentes, pensé en refinar a un mas la presentación.
Con un leader aun más largo y fino, me decante por un pequeño bucktail blanco, fino y traslucido, como un pequeño alevino. Sobre el final de la pasada, en tiempo de descuento, en una costura de agua, una gran hembra tomo ruidosamente en la superficie. Tras una pelea dura, pero más corta, otra gran marrón fue puesta para las cámaras.
Periodísticamente el día estaba hecho, logrando imágenes y fotos, que representan un gran testimonio de la pesca en este gran río. Invaluables imágenes para la promoción turística y recreacional de San Carlos de Bariloche. Desde este espacio pido una copa en alto por la gran institución llamada Asociación Club de Caza y pesca Nahuel Huapi, que desde hace 68 es un incansable promotor de de las bondades piscatorias de la región.
Diego Flores es pescador y periodista de Revista Weekend.