Se realizó la 16ª edición. Miles de personas participaron activamente de la procesión terrestre y observaron el espectáculo del momento submarino sobre el Muelle Piedra Buena.
Con un notable sentido religioso pero sin descuidar su originalidad, se llevó a cabo este Viernes Santo la 16ª edición del Vía Crucis Submarino, organizado por la Municipalidad de Puerto Madryn, a través de la Secretaría de Turismo, la Asociación Operadoras de Buceo, la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús junto al resto de las capillas de la ciudad, y la colaboración del Ente Mixto de Promoción Turística, Prefectura Naval Argentina y Administración Portuaria Puerto Madryn con la participación activa de más de doscientas personas en la etapa submarina entre nadadores, snorkelistas y buceadores profesionales. En tanto, la etapa terrestre y los espectadores en el sector de la rambla y Muelle Piedra Buena dieron un marco multitudinario, de más de seis mil personas a este evento turístico religioso.
También fueron parte de esta edición distintos grupos de nadadores de la ciudad encabezados por la profesora Carla Cerchi y el Club del Kayak Puerto Madryn aunque por medidas de seguridad y ante el oleaje y viento reinante al momento de la etapa submarina quedó trunca la participación de los kayaks.
Terrestre y viviente
El Vía Crucis comenzó en la Plazoleta de las Banderas, lugar donde se simuló el Monte de los Olivos antes de iniciar la Pasión de Cristo. La Casa de la Cultura fue el lugar donde se realizó la primera de las quince estaciones del Vía Crucis donde Poncio Pilato condenó, por exclamación del pueblo, a Jesús.
Es importante destacar que esta edición se realizó con la participación de la comunidad a través de la personificación de personajes clave en la historia de este momento cristiano. Es por ello que en cada una de las estaciones se pudo apreciar y vivenciar lo que la historia indica, todo a cargo de las parroquias de la ciudad, especialmente de la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús que estuvo a cargo de la etapa terrestre y su personificación.
Así Jesús, personificado por un buzo profesional de la ciudad, recorrió cada una de las estaciones hasta culminar la etapa terrestre en el sector de la playa lindera al Muelle Piedra Buena donde fue crucificado y muerto en la cruz.
Sepulcro submarino
La etapa submarina comenzó con llegada de la cruz luminosa, María –caracterizada por una buzo profesional de la ciudad- y el cuerpo de Jesús hacia el Santo Sepulcro, ni más ni menos que el Golfo Nuevo, lugar en el que se llevó a cabo la etapa submarina de este singular Vía Crucis, único en el mundo.
Allí, más de trescientas cincuenta personas esperaban el ingreso de la guindola al agua para realizar esta última etapa con un marco imponente no sólo de gente en superficie sino además, el condimento extra de esta edición, una luna llena que iluminó el cielo madrynense desde el mar para darle un marco aún más emotivo.
Nadadores, snorkelistas y un selecto grupo de buceadores cuya tarea especial fue el traslado de la cruz iluminada por el fondo del mar, dieron un marco multitudinario en el Golfo Nuevo y junto a la multitud en el muelle y en el frente costero culminar el Vía Crucis en la arena, donde el Coro Municipal de Niños y el Coro Juvenil Municipal Puerto Madryn culminaron la ceremonia de resurrección de Cristo.
Como cada edición, se contó con la colaboración de José María “Popey” Goyti, Ricardo “Pinino” Orri, las autoridades de Prefectura Naval Argentina y de la Administración Portuaria Puerto Madryn y, a la cabeza de la organización terrestre y viviente, el Obispo Auxiliar Roberto Álvarez junto a integrantes de la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús.
Multitudinario y reconocido en el mundo
El Vía Crucis Submarino comenzó a realizarse en la ciudad a comienzos del nuevo siglo, en el año 2000. Con algunas ediciones suspendidas, los últimos años se llevó a cabo ininterrumpidamente con la bendición del Papa Francisco. De la misma manera, se llevaron adelante las acciones correspondientes para obtener la bendición del
Vaticano para que el único Vía Crucis Submarino del mundo cuente con este reconocimiento papal, posicionándolo como uno de los eventos religiosos más originales y conocidos en el mundo.