Durante los últimos tres años, el Festival mayor de la provincia de Misiones, tuvo una revalorización que no resulta ajena para nadie. Desde la organización del mismo, como desde el lugar del público, hoy se ve a este evento como la gran vidriera de la música local, provincial y regional, que poco -sino nada- tiene para envidiarle a Festivales de la talla de Cosquín, Jesús María o del Chamamé en Corrientes.

La apuesta es conjunta: El público, los artistas, y el Estado, se comprometieron a sacar adelante a ‘nuestro’ Festival, y así lo hicieron. Una muestra clara de ello, es el dato aportado por la organización y por la Policía de la Provincia, que vela por la seguridad de todos en el Anfiteatro Manuel Antonio Ramirez: durante los últimos tres años, las localidades se agotaron en las cuatro noches festivaleras. Si bien, el público se renueva hora tras hora, los momentos culmines de cada noche, estuvieron a «gradas completas». Esto significa para el Festival, una clara aceptación del camino trazado.Desde el lado de los artistas, se ve un marcado «repunte» en cuanto a lo que significa esta fiesta: meses de preparación para cada show; presentaciones especiales; invitados de lujo y la posibilidad de compartir el escenario con artistas que alcanzaron la fama internacional, les dan un marco de importancia que estuvo perdido durante muchos años.

La decisión hacia la cultura del estado Municipal y Provincial fue fundamental en cuanto a la revalorización y crecimiento del evento. La decisión del Intendente Franco de sostener al mismo equipo en el Comité Organizador durante sus ocho años de gestión, permitió consolidar un proyecto de calidad artística, valorización del talento local e inclusión de nuevas propuestas, que ha recibido un fuerte apoyo del público.

No es un dato menor, que el Secretario de Cultura y Turismo de Posadas y Coordinador General del Festival, José María Arrúa, haya sido elegido por el Gobernador electo Hugo Passalacqua para el cargo de Ministro de Turismo. En ese sentido, según sus afirmaciones, se puede vislumbrar que la puesta en valor de los eventos y fiestas populares serán ejes de su gestión, en el marco de una política «fuertemente orientada a la inclusión social a partir del turismo».