Por Mateo José Díaz Arias (Especial)
La provincia de Tucumán, brinda una oferta turística de gran variedad como lo son las diferentes fiestas que desarrollan a lo largo del año, la huerta y bodegas comunitarias de la comunidad Amaicha y diferentes atractivos naturales.
Tucumán busca ser reconocida como una de las provincias con el mejor vino de la Argentina, por eso, la comunidad Amaicha apostó a lograr el sello de calidad para sus dos variedades de vino, el Malbec, realizado con uvas de la más alta calidad y el “Vino patero” hecho con una cepa de uvas criollas que tiene más de 200 años de antigüedad en los Valles Calchaquíes, con una producción de solo 40.000 litros al año, lo que lo hace único en su variedad, explicó Sebastián Pastrana, líder de la comunidad Amaicha, director de Turismo de la Localidad de Amaicha del Valle e impulsor de este proyecto.
La ruta del vino Tucumano se complementa además con diferentes actividades nocturnas en la que se acerca al visitante a rituales ancestrales con la pacha mama. También, ofrece alojamiento en las viviendas de la comunidad donde se comparte con una familia sus costumbres y cotidianidad.
Tucumán invita a visitarlos todo el año con sus diferentes fiestas, como el Festival Canta a Yupanqui, la Fiesta Nacional de la Nuez, la Fiesta del Vino Patero, la Fiesta Nacional de la empanada, la Fiesta de la manzana y otras celebraciones que se dan en todo el territorio Tucumano.
La Vicepresidenta del Ente Tucumán Turismo, Elena Colombres Garmendia; resaltó en diálogo con la prensa la oferta turística tucumana, su riqueza gastronómica y la variedad de hospedaje que se ajusta a todos los presupuestos, también se refirió a las diferentes actividades que los visitantes puede disfrutar, los lugares históricos como el sitio Sagrado de Quilmes, cabalgatas, circuitos de trekking y otras alternativas.
A solo 164 kms de San Miguel de Tucumán, por la Ruta Nacional 38 y la ruta 307, Amaicha del Valle se convierte en una gran opción para el visitante, este recorrido se puede realizar en automóvil particular o en colectivo, este último con un valor menor a los 300 pesos*. También se puede llegar atravesando Santa María de Catamarca por la Ruta 40, que curiosamente, solo tiene 43 kms en la provincia de Tucumán.
En el camino entre San Miguel de Tucumán y Amaicha del Valle se encuentra la Cuesta del Infiernillo, por la ruta 307, una carretera rural, con paisajes de yungas que asciende desde los 300 hasta los 2000 metros y sirve como una barrera natural que separa los valles de Tafí y Yokavil (Donde se unen las fronteras de Tucumán, Salta y Catamarca), además, allí se encuentra la entrada del Parque Provincial Cumbres Calchaquíes, un sitio para conocer.
(Especial) Mateo José Díaz Arias es periodista del Seminario Ruta 40 UNLP.