viernes , 19 abril 2024
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Sabores con paye. Nina, la cocinera del Iberá que cautivó a los embajadores de Concepción del Yaguareté Corá.

Sabores con paye. Nina, la cocinera del Iberá que cautivó a los embajadores de Concepción del Yaguareté Corá

La señora Nina Godoy nació en Concepción, un pueblo con magia; rodeado de esteros donde la tradición y cultura guaranítica perdura en los sabores. Hace más de 30 años que cocina y su comida es marca registrada en Yaguareté Corá, sobre todo las empanadas. Actualmente es la cocinera del hotel La Alondra’i.

Nina es una de los numerosos cocineros de Iberá.

Durante estos años cocinó en hoteles, para personas destacadas de la política y para todos aquellos que se acercan a su casa queriendo saborear comidas deliciosas.

Su gastronomía incorpora los sabores más genuinos y caseros de la cocina. Sabores que nos remontan a la casa de las abuelas, a la niñez, a la comida con la que las madres miman a sus hijos y se convierten en huellas de la vida, con aromas inconfundibles.

Nina le pone amor y dedicación a cada uno sus platos, que se traducen en manjares que son el deleite de los paladares más exigentes. Fue así que este pasado domingo tuvo la dicha de preparar una mesa con comida regional para los embajadores que estuvieron visitando el Portal Oeste de los Esteros del Iberá.

Nina relató que la comitiva de embajadores invadió la cocina de La Alondra’i para conocerla y que le pidieron que les revelara los secretos de tan exquisitos platos; ella les dijo lo que siempre responde ante esa pregunta “lo hago como lo aprendí desde joven, es un secreto de familia, y a eso le agrego la pasión y el amor que tengo por la cocina”.

También manifestó que está muy feliz de que dos de sus hijos siguen sus pasos y agregó que quién permanezca un tiempo a su lado, termina sintiendo amor por la cocina y convirtiéndose en un gran cocinero.

Nina es una de los numerosos cocineros de Iberá que está dispuesto a compartir con los visitantes sus platos que son manifestación de sus raíces. Siendo consciente que la cocina local tiene un valor que excede el de la oferta turística, y que suma un atractivo cultural a la majestuosa biodiversidad del Iberá.