San Javier es una villa veraniega ideal para descansar y disfrutar de numerosos atractivos. Presenta una temperatura diferente a la de la capital tucumana, entre 5 y 6 grados menos, que sumada a sus cerros y a la vegetación convierten San Javier en un lugar perfecto para la realización de diferentes actividades deportivas. Grandes competencias de Mountain Bike, se realizan en la zona. Sus circuitos con descensos por sendas de montaña, son los preferidos por los amantes del ciclismo. El Trekking, de la mano de las Ecosendas, desarrolladas por el Ente Tucumán Turismo, organismo que preside Bernardo Racedo Aragón, es una de las actividades favoritas en el cerro. La «Puerta del Cielo» inicia su ascenso desde la zona de Horco Molle (lateral izquierdo del Cerro San Javier). El recorrido atraviesa las Yungas hasta la cima del cerro, donde se divisa la vista panorámica de la Ciudad de San Miguel de Tucumán y alrededores. La geografía de San Javier también esconde un apacible paraje con la hermosa cascada de Río Noque, que se ubica en el Parque Sierra de San Javier. Es un excelente lugar para pasar el día en familia o con amigos. Allí se ubica un imponente pórtico instalado por el Ente de Turismo, que cuenta con paneles informativos que contextualizan el lugar. Las sendas se encuentran perfectamente señalizadas.
Uno de los mayores atractivos con los que cuenta el cerro San Javier es, sin lugar a dudas, la escultura del Cristo Bendicente, obra del tucumano Juan Carlos Iramáin, que con una altura de 28 metros, se convirtió en la cuarta estatua más alta de un Cristo del mundo, con 1275 msnm.
El Centro de Interpretación funciona todos los días de 10 a 18 h, La entrada tiene un valor de $5 para mayores y $3 para menores.
Yungas, imponentes paisajes y una deslumbrante vista panorámica de la capital, son los ingredientes ideales para convertir a San Javier en uno de los destinos más visitados de la provincia. Recorriendo el cerro comprenderás unas de las razones por las que a Tucumán se lo denomina Jardín de la República.