Por Fabiana Chércoles
Este destino conserva su identidad, la de un pueblo apacible. Recibe a sus visitantes con una esencia particular que lo distingue como un pueblo calchaquí detenido en el tiempo. Llegar allí, ofrece múltiples atractivos no sólo por lo colorido y variado del paisaje, sino por los diversos aspectos culturales que se encuentran en su camino.
La recomendación esencial a la hora de ir a estos lugares, es llevar efectivo. Casi no hay tarjetas y estarás en problemas sino lo tienes.
La excursión sale muy temprano por la mañana. Se toma la Ruta 68 tocando pequeñas localidades como Cerrillos, La Merced, El Carril y Chicoana. Nuestro guía nos va relatando las distintas actividades económicas de la zona que hacen al desarrollo de la provincia. El triangulo agrícola más importante del Valle de Lerma: Campo Quijano, Rosario de Lerma y La Merced, se cultiva poroto, soja, maíz. En El Carril, históricamente se destaca una actividad llamativa, criadero de mulas, que servían para el Camino Real en tiempos de la colonia; junto con Chicoana forman una de las zonas mas importantes del país en explotación de Tabaco. Aquí se deja la R68 para entrar en R33 que enfrenta a la Quebrada de Escoipe, con plena vegetación de selva montana.
El camino se va estrechando y va ascendiendo. Los paredones, de vez en cuando se ensanchan permitiendo observar algunos caseríos con pequeños cultivos. Hay ríos de deshielo que permiten zonas con Lapacho, Ceibos, Nogal, etc. Nos cruzamos con cementerios de altura, típicos de los Incas que habitaron esta zona, para estar más cerca del cielo.
La vegetación frondosa va perdiendo su color para tornarse más árida. El Camino comienza a ser “ripio”. Arbustos, xerófilas y cactáceas se ven a ambas márgenes del camino. Este paisaje contrastante es el imán que tiene la quebrada, los colores, sus rojizos al atardecer…te quedaras contemplando estas vistas.
La quebrada finaliza en la ladera del cordón montañoso llamado Cumbres del Obispo. Solo se puede franquear por medio de la Cuesta del Obispo.
El Valle Encantado como su nombre lo indica es la puerta de entrada a un escenario asombroso. Este sinuoso camino de faldeo con curvas y contracurvas, bastantes cerradas permite ir ascendiendo. A medida que se asciende por sus zig-zag, se llega a los 3.457 msnm al Mirador llamado Piedra del Molino, donde puede disfrutarse de uno de los lugares más lindos de la provincia de Salta. Aquí sobrevuelan cóndores a escasos metros de ti.
Luego se atraviesa la Recta del Tin Tin, que fuese camino Real del Inca. Hoy pavimentada, atraviesa el Parque Nacional Los Cardones. Los Cactus se ven por ambas margen del camino y son Patrimonio Protegido. Las 64.117 ha protegen, guanacos, zorros, pumas, chinchillones, pericotes andinos, quirquinchos chicos, y otros animales en peligro de extinción como vicuña, la taruca o huemul del norte.
Cabe señalar que las artesanías que encuentres en la provincia están realizadas con cardones muertos ya secos o lastimados. Sin embargo, encontraras muebles realizados hace tiempo que aún se conserva como el confesionario en la ciudad de Cachi que se encuentra realizado con cardón.
La excursión hace una parada en un gran “Puesto de las Especies” en el Mirador del Nevado de Cachi. Interesante lugar para comprar todo tipo de especies de la zona. La reina del lugar: El Pimentón.
La altura aun conserva los 3000 mts de altura, similar a lugares como Purmamarca o Tilcara en la Provincia de Jujuy. Teniendo casi las mismas características. Días soleados, fríos, pero de un gran colorido.
Ultima localidad que se atraviesa es Payogasta. Aquí se realiza Fiesta Provincial del Pimiento. El guía nos cuenta que en otoño la cosecha de morrón, comienza a secarse al sol, sobre piedras, para luego hacer pimentón. Todos los suelos rojizos con el marco de los cerros y el azul del cielo… es imperdible. Habrá que volver en otoño, con solo imaginármelo siento envidia de quien lo pudiera haber visto.
Y llegamos a los 2.280 mts de altura, a Cachi, bendecido por el Río Calchaquí, con 5.000 habitantes; el destino es tan pintoresco como tantos pueblo puneños; pero cada uno tiene algo mágico que lo hace único.
En este caso, la cumbre siempre blanca del “Nevado de Cachi”, es uno de los tesoros que le otorga un marco especial al poblado. Data del siglo XVII y fue un lugar que registró asentamiento prehispánico, además fue parte de una encomienda.
Recorrer Cachi es sencillo, la Plaza 9 de Julio, y los edificios blancos como la Iglesia San José declarada Monumento Histórico Nacional, el Museo Arqueológico ¨Pio Pablo Díaz, Mercado Artesanal, entre otros.
No olvides de almorzar. Es un lugar único con comida regional, elaboran platos a base de pimientos, por ejemplo rellenos, o estofados en salsas, además de lo tradicional como tamales, y empanadas.
Generalmente tienen un menú turístico, que vale la pena tener en cuenta. Los precios razonablemente accesibles, pero todo en efectivo. No hay tarjetas de crédito en casi ningún lugar de Cachi.
Podrás comprar artesanías locales, como tejidos o productos de alfarería. También vinos regionales, ya que es toda la zona productora de vinos de altura e incluso Cachi es parte de la Ruta del Vino salteña.
Es una caricia al alma hacer este recorrido, no desperdiciaras un minuto de una excursión de casi 11 hs.
Regresas a Salta al anochecer, sabiendo que un pincelazo de los valles ya lo posees en tu retina.
#VivíArgentina
Fotos: Fabiana Chércoles @sentiargentina